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¿En Nombre de Quién?

  • Writer: Nicola Carara
    Nicola Carara
  • Aug 20
  • 4 min read

Updated: Aug 20

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Ā ā€œNo todo el que me dice: ā€˜SeƱor, SeƱor’, entrarĆ” en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que estĆ” en los cielos. Muchos me dirĆ”n en aquel dĆ­a: ā€˜SeƱor, SeƱor, Āæno profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?’. Y entonces les declararĆ©: ā€˜JamĆ”s os conocĆ­; apartaos de mĆ­, hacedores de maldad’. Mateo 7:21-22

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Este pasaje me recuerda que no todos los que dicen trabajar para el SeƱor estĆ”n en su voluntad. En Lucas 6:46, JesĆŗs preguntó: ā€œĀæPor quĆ© me llamĆ”is ā€˜SeƱor, SeƱor’, y no hacĆ©is lo que yo digo?ā€ Creo que esta es una pregunta importante y que cada cristiano debe asegurarse de no solo llamar a JesĆŗs SeƱor, sino tambiĆ©n hacerlo SeƱor de nuestra vida y andar en su voluntad. AdemĆ”s, debemos orar para que el engaƱo en nuestro corazón no nos haga pensar que obramos en su nombre cuando, de hecho, seguimos nuestra propia voluntad y deseos.

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ā€œEngaƱoso es el corazón, y perverso; ĀæquiĆ©n lo comprenderĆ”?ā€ JeremĆ­as 17:9

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Un corazón engaƱoso nos harĆ” creer que obramos en el nombre del SeƱor cuando Ɖl no tiene nada que ver. Debemos ser cuidadosos y pedirle a Dios que examine nuestro corazón para ver si hay algĆŗn mal camino en nosotros, porque si nos apartamos de su voluntad, no solo nos daƱaremos a nosotros mismos, sino tambiĆ©n a muchos otros. Podemos usar el nombre de JesĆŗs, pero podrĆ­amos estar usĆ”ndolo en vano, como los siete hijos de Esceva.

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Pero también algunos exorcistas judíos, que iban de un lugar a otro, intentaron invocar el nombre del Señor Jesús sobre los poseídos por los espíritus malignos, diciendo: «Os conjuro por Jesús, a quien Pablo predica». Siete hijos de un tal Esceva, un sumo sacerdote judío, hacían esto. Y el espíritu maligno respondió y les dijo: «Reconozco a Jesús y sé quién es Pablo, pero ¿quiénes sois vosotros?». Y el hombre en quien estaba el espíritu maligno se abalanzó sobre ellos, los sometió a todos y los dominó, de modo que huyeron de aquella casa desnudos y heridos. Hechos 19:13-16

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Disculpen, pero esta historia me suele hacer reír mucho cada vez que la escucho o la leo, pues pienso en estos hombres sabiendo que hay poder en el nombre de Jesús y teniendo la brillante idea de usarlo para su exorcismo sin conocerlo realmente. La situación se volvió muy peligrosa rÔpidamente cuando el espíritu maligno se abalanzó sobre ellos y los desnudó por no reconocerlos. Si caminamos bajo la autoridad de Jesús como sus embajadores, los espíritus malignos nos reconocerÔn como reconocerÔn a Jesús en nosotros. Jesús a menudo tuvo que decirles que se callaran cuando gritaban su nombre, porque no era el momento de revelar su identidad.

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En ese momento, había un hombre en la sinagoga con un espíritu inmundo, y gritó: "¿Qué tenemos que ver unos con otros, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a destruirnos? Yo sé quién eres: ”el Santo de Dios!". Jesús lo reprendió, diciendo: "”CÔllate y sal de él!". El espíritu inmundo, haciéndole convulsiones, clamó a gran voz y salió de él. Marcos 1:23-26

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ĀæEn nombre de quiĆ©n realizamos nuestra obra cristiana? JesĆŗs es quien dio a sus discĆ­pulos autoridad sobre los espĆ­ritus inmundos y los expulsó. Dios nos capacitarĆ” para realizar la obra a la que nos ha llamado. No podemos asumir que debemos realizar cierta obra para Ɖl cuando Ɖl no nos ha llamado a realizarla. Debemos mantenernos en nuestro carril. Si un corredor en las carreras de velocidad se sale de su carril, puede ser descalificado por haber invadido el Ć”rea de otra persona. Debemos tener cuidado de saber que Dios nos ha llamado a la obra que realizamos, y no solo estamos llevando a cabo nuestra idea de lo que queremos hacer para Ɖl. No se trata de nosotros, sino de Ɖl. A decir verdad, puede que no queramos hacer lo que Ɖl nos llama a hacer, ya sea porque nos sentimos incapaces, tenemos miedo o incluso sentimos que no es apropiado para nosotros. Sin embargo, cuando Dios nos llama, nos capacita para lo que desea que hagamos, y tambiĆ©n prepara nuestros corazones e incluso nos hace cambiar de opinión.

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Entonces dije: "Ā”Ay, SeƱor Dios! Mira, no sĆ© hablar, porque soy un joven". Pero el SeƱor me dijo: Ā«No digas: ā€˜Soy un joven’, porque adondequiera que te envĆ­e, irĆ”s, y dirĆ”s todo lo que yo te mande. No les tengas miedo, porque yo estoy contigo para librarte —declara el SeƱor—. Entonces el SeƱor extendió su mano y tocó mi boca, y me dijo: Ā«He puesto mis palabras en tu boca. Mira, te he puesto hoy sobre las naciones y sobre los reinos, para arrancar y para derribar, para destruir y para derribar, para edificar y para plantarĀ». JeremĆ­as 1:6-10

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JeremĆ­as ahora podĆ­a salir en el nombre del SeƱor porque fue llamado y empoderado por Ɖl. El SeƱor lo eligió. TambiĆ©n nos elige y nos designa a nosotros para que demos fruto en el lugar al que nos ha llamado.

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No me elegisteis vosotros a mƭ, sino que yo os elegƭ a vosotros, y os he destinado para que vayƔis y deis fruto, y vuestro fruto permanezca, para que todo lo que pidƔis al Padre en mi nombre, Ʃl os lo conceda. Juan 15:16

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Si andamos usando el nombre de JesĆŗs sin ser elegidos ni designados por Ɖl, estaremos en problemas. Nos falta poder si hacemos lo que deseamos, y no es lo que Dios nos guĆ­a a hacer. Puede parecer bueno, e incluso ser obra de Dios, pero para alguien mĆ”s, no para nosotros. Si hacemos lo que Ɖl no nos ha llamado a hacer, pero decimos que lo hacemos en Ā«el nombre de JesĆŗsĀ», entonces lo estamos haciendo en vano. Debemos recordar siempre que Dios prefiere nuestra obediencia a los sacrificios que no estĆ”n en su voluntad.



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