El Temor del SeƱor
- Nicola Carara
- Feb 8, 2023
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Parece que muchos de los que decimos ser cristianos hemos perdido el temor del SeƱor. Olvidamos que nuestra vida no es nuestra y que Cristo debe crecer mientras nosotros debemos disminuir. Tomamos decisiones sin pedirle dirección a Dios, luego le pedimos presuntuosamente que bendiga nuestros planes en los que Ćl no tuvo nada que ver. Parece que esperamos que el Creador del universo nos sirva a Sus criaturas, olvidando que se supone que somos Sus esclavos. SĆ© que no nos gusta usar las palabras esclavos, pero es bĆblico.
Esclavos, sed obedientes a vuestros amos según la carne, con temor y temblor, con sencillez de vuestro corazón, como a Cristo; no sirviendo al ojo, como los que quieren agradar a la gente, sino como esclavos de Cristo, haciendo de corazón la voluntad de Dios. Efesios 6:5-6
Es posible que no queramos pensar en nosotros mismos como esclavos de Cristo, sino que actuamos como si tuviĆ©ramos derechos como cristianos y exigimos nuestros derechos, que a veces son incorrectos. El Apóstol Pedro nos dice que actuemos como personas libres, y que no usemos nuestra libertad para encubrir el mal, sino que la usemos como siervos de Dios. (Ver 1 Pedro 2:16). Merriam-Webster define a un siervo como alguien obligado a servir sin salario. Que mis amigos es un esclavo. Y asĆ, no tenemos los privilegios que pensamos que tenemos, aunque somos hijos de Dios.
ĀæY quiĆ©n de vosotros, teniendo un siervo que ara o apacenta las ovejas, al volver del campo, le dirĆ”: Ven enseguida y siĆ©ntate a comer? Pero Āæno le dirĆ” mĆ”s bien: āPrepara algo para mi cena, y cĆƱete y sĆrveme hasta que haya comido y bebido, y despuĆ©s comerĆ”s y beberĆ”sā? ĀæAgradece a ese siervo porque hizo las cosas que le fueron mandadas? Yo creo que no. AsĆ tambiĆ©n vosotros, cuando hayĆ”is hecho todas las cosas que os son mandadas, decĆs: Siervos inĆŗtiles somos. lo que debĆamos hacer, hemos hecho.āā Lucas 17:7-12
En LevĆtico 10, Nadab y AbiĆŗ, el hijo de Aarón tenĆan el privilegio de ser sacerdotes que ofrecĆan sacrificios al SeƱor, pero abusaron de su posición y lo sirvieron indebidamente, ofreciĆ©ndole el tipo de fuego equivocado. La versión que leĆ lo llama āfuego profanoā. Me preguntĆ© cuĆ”ntas veces le habrĆa ofrecido fuego profano a Dios, que no era lo que Ćl habĆa mandado. ĀæCuĆ”ntas veces hemos ido en contra de la Palabra de Dios en el ministerio y en nuestras vidas? Se supone que debemos ser un sacerdocio santo, ministrando a Dios con nuestras vidas. Pero, Āælo que estamos dando es un Dios santo, santo y conforme a lo que ha mandado? Cuando adoramos a Dios con canciones, Āæalguna vez le preguntamos quĆ© quiere escuchar o estamos adorando con las canciones mĆ”s populares que agradan a las personas y no a Ćl? Eso es fuego profano. Debemos estar agradecidos de que servimos a un Dios misericordioso que no nos ha consumido en fuego a causa de Su ira como lo hizo con Nadab y AbiĆŗ. Leer LevĆtico esta vez me hace pensar de manera muy diferente sobre mi vida. Leerlo en grupo y leer los comentarios hace que este libro sea aĆŗn mĆ”s profundo para mĆ. Reconozco aĆŗn mĆ”s cómo Dios estĆ” en los detalles y quiere estar en cada parte de nuestras vidas: lo que vemos, cómo nos vestimos, nuestras relaciones, nuestras acciones y nuestros pensamientos. Ćl debe tener el control de cada parte de nuestras vidas, y debemos buscarlo y esperar que Ćl nos dĆ© instrucciones sobre cómo debemos vivir cada momento de nuestras vidas.
Los lĆderes serĆ”n responsables de desviar a sus rebaƱos, ya que muchos son maestros motivadores y falsos profetas que le dicen a la gente lo que quieren escuchar en lugar de lo que necesitan escuchar para vivir vidas santas para el SeƱor. Muchos lĆderes de la iglesia estĆ”n en posición, por su influencia, carisma y ambición egoĆsta, pero no porque Dios los puso allĆ y tantos sufren por eso. Estaba leyendo cómo el castigo de los adĆŗlteros era la muerte, sin embargo, muchos cristianos y lĆderes cristianos estĆ”n cayendo en el adulterio y tratando de encubrirlo, pero no pueden esconderse de un Dios que todo lo ve. Su pecado afecta muchas vidas como lĆderes. ĀæDónde estĆ”n las vidas que han de ser santas para el SeƱor? ĀæDónde estĆ” el temor del SeƱor?
No seas sabio en tu propia opinión; Teme al Señor y apÔrtate del mal. SerÔ medicina para vuestra carne, Y fortaleza para vuestros huesos. Proverbios 3:7-8
A muchos cristianos no les gusta tomar la Biblia literalmente, aunque estoy de acuerdo en que hay partes que son figurativas. Sin embargo, no tratemos de explicar lo simple. El hecho es que muchos de nosotros estamos enfermos debido a nuestra participación directa en el mal ya que no tememos al Señor. Las enfermedades son causadas por muchos factores, pero el pecado como factor no debe descartarse ni explicarse. AdemÔs, hay muchas otras consecuencias del pecado que pueden afectar a mÔs personas ademÔs de la persona que cometió el pecado.
Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seÔis sanados. La oración eficaz y ferviente del justo puede mucho. Santiago 5:16
Nos gusta citar la Ćŗltima parte del versĆculo anterior, pero la primera parte es igualmente importante. En realidad, si no se confiesa el pecado, podemos ver muchas oraciones sin respuesta. Bueno, Dios probablemente contestarĆ” la oración, pero la respuesta puede ser no o todavĆa no, porque primero hay que tratar con el pecado. Necesitamos temer al SeƱor, y cuando lo hagamos, viviremos nuestras vidas sometidos a Ćl y el pecado no serĆ” tan fĆ”cil de cometer, ya que querremos ser santos como Ćl es santo.