DistraĆda con muchos quehaceres
- Nicola Carara
- Oct 23, 2024
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ĀæAlguna vez has leĆdo algo y las palabras te han parecido saltar de la pĆ”gina? Bueno, eso es lo que me pasó cuando estaba leyendo Lucas 10. Las palabras ādistraĆda con muchos quehaceresā me iluminaron como nunca antes.
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Y aconteció que mientras iban de camino, JesĆŗs entró en una aldea; y una mujer llamada Marta lo recibió en su casa. Esta tenĆa una hermana llamada MarĆa, la cual, sentada a los pies de JesĆŗs, oĆa su palabra. Pero Marta estaba distraĆda con muchos quehaceres, y acercĆ”ndose a JesĆŗs, le dijo: SeƱor, Āæno te da cuidado que mi hermana me deje servir sola? Dile, pues, que me ayude. Respondiendo JesĆŗs, le dijo: Marta, Marta, afanada y turbada estĆ”s con muchas cosas; pero una sola es necesaria, y MarĆa ha escogido la buena parte, la cual no le serĆ” quitada. Lucas 10:38-42
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”””Guau!!! āDistraĆda con muchos quehaceresā. ĀæCuĆ”ntas veces he hecho esto creyendo que estoy ocupada sirviendo al SeƱor? Sin embargo, no tengo tiempo para estar quieto y saber que Ćl es Dios. A veces nos distraemos tanto sirviendo al SeƱor que no tenemos tiempo para detenernos y buscarlo y darnos cuenta de que no solo es galardonador, sino que es la gran recompensa.
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Pero sin fe es imposible agradarle, porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan. Lucas 11:6
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A veces equiparamos el estar ocupados en el ministerio con la fe, pero a veces es nuestra falta de fe la que nos hace servir de la manera en que lo hacemos. Cuando tenemos fe en Dios, hacemos lo que Ćl quiere que hagamos aunque parezca nada. La fe puede mantenernos en oración alejados de la multitud porque la fe sabe que Dios debe ser primero y el centro de nuestras vidas. La fe mantiene nuestro enfoque en Ćl y lo busca sin importar lo que estĆ© sucediendo.
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Sin embargo, la fama acerca de Ćl se extendió cada vez mĆ”s, y grandes multitudes se reunieron para oĆrlo y para que Ćl los sanara de sus enfermedades. EspaƱolAsĆ que Ćl mismo se retiraba a menudo al desierto y oraba. Lucas 5:15-16
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JesĆŗs comprendió que era necesario apartarse de la multitud y de las ocupaciones de enseƱar y sanar para poder estar solo con el Padre en oración. Creo que JesĆŗs conocĆa el peligro de estar demasiado ocupado sirviendo y no tener tiempo para conectarse con el Padre, asĆ que fue muy intencional al dejar Su ministerio de enseƱanza y sanación para pasar tiempo en la presencia de Su Padre. Eso era mĆ”s importante. Muchas personas pueden haberse preguntado por quĆ© JesĆŗs habrĆa dejado a la gente que venĆa a escuchar sus enseƱanzas y especialmente a aquellos que venĆan a ser sanados de sus enfermedades. Algunos pueden haber estado desesperados por su sanación. Hay algunas personas que cuando vieron a JesĆŗs alejarse de la gente pueden haber sentido que le faltaba compasión o tal vez era incluso perezoso, pero lo que hizo fue esencial. Estaba buscando al Padre, sabiendo que esto es de suma importancia incluso por encima de las necesidades de la gente. Cuando estamos en la presencia de Dios orando, leyendo Su Palabra y escuchando Su voz, entonces llegaremos a conocer Su corazón y Ćl nos dirigirĆ” hacia Su camino que siempre es justo. En su presencia llegamos a conocerlo verdaderamente.
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āNo todo el que me dice: āSeƱor, SeƱorā, entrarĆ” en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que estĆ” en los cielos. Muchos me dirĆ”n en aquel dĆa: āSeƱor, SeƱor, Āæno profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?ā. Y entonces les declararĆ©: āJamĆ”s os conocĆ; apartaos de mĆ, hacedores de maldadā. Mateo 7:21-23
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No quiero oĆr nunca a JesĆŗs decirme que no me conoce porque estoy distraĆdo haciendo cosas aparentemente en su nombre. El diablo es un engaƱador, y usarĆ” todo este servicio para hacernos creer que estamos en la voluntad de Dios, pero no lo conocemos y no tenemos una relación con Ć©l. Ese es uno de los grandes engaƱos del diablo, ya que sabe que nuestras ocupaciones pueden dar como resultado una falta de intimidad con JesĆŗs. Quiero tener una amistad con JesĆŗs como la tuvo el apóstol Juan. Quiero relajarme en su seno y deleitarme en Ć©l. No quiero estar lejos de JesĆŗs, pero quiero estar en su cĆrculo Ćntimo. Me gusta cómo describe esto Charles Spurgeon.
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Hay otro camino especial que gotea grosura para quienes lo recorren, es el camino secreto de la comunión. ”Oh, los deleites de la comunión con Jesús! La tierra no tiene palabras que puedan expresar la santa calma de un alma que se apoya en el seno de Jesús. Pocos cristianos lo entienden, viven en las tierras bajas y rara vez suben a la cima del Nebo: viven en el atrio exterior, no entran en el lugar santo, no se arrogan el privilegio del sacerdocio. A lo lejos ven el sacrificio, pero no se sientan con el sacerdote para comer de él y disfrutar de la grosura del holocausto.
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Quiero sentarme con JesĆŗs y conocer su corazón. Es difĆcil conocer la voluntad de Dios si no pasamos tiempo en su Palabra y su presencia mientras buscamos primero su reino y su justicia. Cuando buscamos a JesĆŗs, nos damos cuenta de que todo lo que necesitamos es a Ćl y tenemos mĆ”s hambre y sed de Ćl. TerminarĆ© con estas palabras de Oswald Chambers que resumen todo lo que he estado tratando de comunicar.
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Hoy en dĆa, un gran enemigo de Jesucristo es la idea que tenemos del trabajo prĆ”ctico. Esta idea no proviene del Nuevo Testamento, sino mĆ”s bien de los sistemas del mundo en los que se insiste en la energĆa y la actividad sin fin, pero no en la vida privada con Dios. El Ć©nfasis se pone en lo equivocado⦠Tenemos que deshacernos del espĆritu de la era religiosa en la que vivimos. Como discĆpulos, se supone que nuestras vidas se parecen a la vida de nuestro Maestro; en su vida, no habĆa nada del estrĆ©s y la prisa de la tremenda actividad que se consideran tan altamente hoy en dĆa. La piedra angular del reino de Jesucristo es una relación personal con Ć©l, no la utilidad pĆŗblica para otras personas.