Movimiento de Adoración
- Nicola Carara
- Sep 1, 2021
- 4 min read

Esta semana, tenemos otro escritor invitado y estoy muy emocionado con este artĆculo. DespuĆ©s de escuchar el testimonio de Paulo, me sorprendió su dedicación siendo tan joven. Lo que no sabĆa es que era incluso mĆ”s joven de lo que pensaba. Este joven verdaderamente extraordinario estĆ” ardiendo por el SeƱor y estĆ” entusiasmado por llevar a su generación a Cristo. Espero que estĆ© tan inspirado como yo por su vida.
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Hola, mi nombre es Paulo, tengo 17 aƱos. Soy parte de la Iglesia del Evangelio Cuadrangular de RĆo Negro PR en Brasil. Como dicen muchos, ānacĆā en la iglesia, siempre asistĆa a los servicios los jueves y domingos. Me bauticĆ© en agua el 20 de diciembre de 2015, y desde ese dĆa en adelante comencĆ© mi caminar con Cristo. En ese momento, Ćl comenzó a moldearme en Su hechura, haciĆ©ndome alguien mejor.
Nunca tuve la idea de hacer algo por el Reino de Dios. Siempre fui solo un āespectadorā de lo que Dios tenĆa que hacer. Yo nunca participĆ©. Sin embargo, llegó un momento en que JesĆŗs me abrió los ojos a lo que tenĆa que hacer en mi generación, y no podĆa simplemente ver su movimiento en otras personas. Yo tambiĆ©n querĆa participar. Sin embargo, la pregunta que surgió fue: "ĀæHacer quĆ©?". Esta es una pregunta que se crea en cada nuevo converso. Todos tenĆamos esta pregunta, y conmigo no fue diferente. Pero, cuando nos relacionamos con Dios, Ćl nos muestra para quĆ© nacimos. AsĆ funciona en el Reino del SeƱor. Mientras mĆ”s intimidad, mĆ”s sabremos sobre nuestra misión aquĆ en la Tierra.

En 2019, el SeƱor me conmovió profundamente para hacer algo con los jóvenes, tanto en mi ciudad como en Brasil. Creo que fue entonces cuando mi corazón comenzó a encenderse con amor por los jóvenes brasileƱos. No sabĆa cómo empezar, pero estaba completamente convencido de que eso era lo que Dios querĆa de mĆ. ComencĆ© con el entrenamiento del habla y tomando lecciones en las cĆ©lulas (grupos pequeƱos) de mi Iglesia. Mientras descansaba y comenzaba a conocer mĆ”s acerca del SeƱor, Ćl me estaba abriendo el corazón a cosas nuevas que tenĆa que hacer a travĆ©s de mĆ.
Fue entonces un miĆ©rcoles que mi amigo (Adryan) me llamó para predicar en un servicio de adoración que se llevarĆa a cabo en la plaza cerca de mi casa. Sin mucho entusiasmo, aceptĆ©, apenas sabĆa lo que iba a pasar. Llegó el domingo y preparĆ© la palabra, y fue algo muy sencillo. Me rĆo hasta el dĆa de hoy recordando cada detalle. Misael comenzó a tocar la guitarra y a cantar las canciones de alabanza que estaban programadas, y comencĆ© a notar que mientras Misael tocaba, mĆ”s jóvenes acudĆan en masa a la plaza. DespuĆ©s de la tercera canción de alabanza, Adryan predicó sobre el amor de Dios por nosotros, hablando del precio que se pagó para que hoy pudiĆ©ramos tener vida. Misael tocó dos canciones de adoración mĆ”s y luego fue mi turno. Confieso que estaba un poco nervioso porque sentĆ algo grande en ese lugar. Creó una atmósfera de quebrantamiento. Fue algo que conmovió mi corazón. ComencĆ© preguntando: "ĀæHay discĆpulos de JesĆŗs aquĆ?" porque el mensaje que llevarĆa era un mensaje sobre la predicación del Evangelio. NotĆ© que comencĆ© a decir algunas cosas que no estaban "programadas", Dios me usó de manera poderosa, y al final del mensaje vi a unos jóvenes quebrantados, llorando y confesĆ”ndose a JesĆŗs como el Ćŗnico y suficiente Salvador. Diogo, quien aceptó a JesĆŗs ese dĆa, ahora es parte de nuestro equipo, ayudĆ”ndonos con alabanza y adoración.

Desde entonces, nuestros corazones se han enamorado de esto: lo que Dios comenzó a hacer a travĆ©s de nosotros. Comenzamos a comunicar el Evangelio con valentĆa en las plazas. Tuvimos testimonios de sanaciones, liberaciones y corazones que volvieron a la vida. AllĆ me di cuenta de que no vale la pena ser espectador en la Iglesia. Vimos cuĆ”n satisfactorio y placentero es obedecer al SeƱor cuando Ćl dice: "Ā”VAYA!" Hay poder en esa palabra. Hay vida en esta ordenanza de nuestro maestro JesĆŗs.
Hoy discipulamos a los jóvenes que han aceptado a Cristo en las reuniones. Planeamos unirnos con otras iglesias para que nuestro trabajo sea aún mÔs fuerte. El Señor no quiere que las iglesias se separen debido a denominaciones. LlegarÔ un momento en que tendremos que unirnos de nuevo y predicar las buenas nuevas. El trabajo que hacemos en las plazas involucra a hermanos de diferentes denominaciones, ya que sabemos que somos un cuerpo y que uno necesita al otro. Con esto, nuestro trabajo ha evolucionado gracias al Señor Jesús, que nos ha ido moldeando en un plan aún mayor.
Si bien la pandemia del coronavirus no ha pasado, hemos ido tocando vidas a travĆ©s de nuestras redes sociales, y de igual forma, hemos recibido testimonio de lo que ha hecho el SeƱor. Creemos que el SeƱor tiene algo gigante que hacer en nuestra generación, sin embargo, habrĆ” muchas lĆ”grimas, oraciones y ayunos, hasta el dĆa en que veamos a los jóvenes de Mafra y Brasil salvados y transformados.